25.11.07

Hofer aus Toluca.

La última vez que ví a Jen Hofer, ella se despedía de Amaranta y de mí, en pleno malecón de Playas de Tijuana. Todo bajo un sol resplandeciente. Y después de unas tostadas de marlín en un restaurante- el vallarta(?) creo- y unas chelas. Y por supuesto: el delfín de rigor saltando del mar que es casi gris.

De Hofer recuerdo entre muchas otras cosas-además de la risa franca, abierta: carcajada- esa pasión por traducir, por la poesía, por el mundo. Escribir poesía es traducirnos todo el tiempo. Y Jen Hofer volvió a Tierras Altas para dar la conferencia-charla para inagurar la Semana de las Mujeres Traducidas. Y no todo acabó ahí. Siguio la plática, la conversación, el compartir. Todo inagurando cierta chimenea. Todo cuando estamos bajo la palabra reunidos. Jen (alias ferucha) le comentó a Jen H.,de su intención de hacer un ensayo ( o tesis o tesina o traducción comentada) acerca de la traducción poética. Cosa que entusiasmo a Hofer y por tanto a Ferucha más de lo que ya estaba. El buen inicio.

Y todo lo que se congrega alrededor de la poesía. Y lo que disemina.

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