El cómo llegó esa novela a mis manos es otra historia. Algo que no se puede andar relatando así como así en un blog( pitero, es el adjetivo). Lo que si puedo decir es que tenía muchas ganas de leer esa novela desde hace un par de años. Nadie me la recomendó. De hecho la novela de Piglia que tiene el status de mítica( a decir de ciertas reseñas) es la de Respiración artificial. De Piglia había leído Formas Breves, un libro muy muy cool( ah! de qué otra manera escribirlo, lamentó que aflore mi muy culto lenguaje de escuincle pseudo-nice) o mejor aún un libro chingón. El caso es que después de mucho buscarle, de mucho preguntar, de mucho dejarlo encargado y hasta dejar adelanto, después de preguntar 50 mil veces en la biblioteca de la FFyL( tengo que admitir que raras veces encuentro lo que busco por ahí, pero admito también que me he encontrado con sorpresas muy gratas en esa biblio; admito, también, que tiene un gran acervo, gulp!); llegó a mis manos Plata Quemada. No me explicó esos deseos casi incontenibles de leerla. La novela policíaca posmoderna. El Nene Brignone, El Gaucho Dorda, Malito: ¡ah, todo eso! Y ahora, después de su primera lectura tengo que escribirlo: una novela magistral. Estoy seguro que haré algo con esa novela( todo menos quemarla,claro esta): quizá cuando inscriba investigación literaria. No lo sé. Lo que sé es que se trata de algo abierto. De algo a futuro. Magistral, sí, la novela. Lo que sigue: ver la peli que, para variar, dicen que es mala. De cualquier modo quiero verla.Y desengañarme o convencerme by myself.
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