Y descansábamos bajo un limbo de nubes y astillas
bajo techos grises
bajo ojos de resplandor
ya no hablábamos del lenguaje
el lenguaje era un cuerpo no habitado
un cuarto vació sin puerta
donde los parias se rendían con gestos arbitrarios
caminábamos bajo grupas terrenales y enfrentábamos el aire
con el gesto renegado de nuestras manos
era una imagen tan absurda como irrepetible
la banalidad más oscura
más luminosa
más empírica
nuestro método no era más que la invención misma del camino
nuestro avanzar no era ni lento ni furioso
y nuestras manos se tocaban bajo el mar de crestas obvias
era el mar de la inexactitud
era el mar de bravura
era el mar irremediable
era el mar de hierbas y sales
y piedras que rozaban nuestro talón nuestro codo
los pasos eran sobre hilos de enfermedad
canciones con lenguaje de cirio
palabras caían como flechas
él era el dardo más fiel de mi insomnio de paisajes y faz que a veces parecía terrenal
cuerpo dentro de algo
cuerpo dentro de paréntesis
su cuerpo entre comillas
él era una palabra a punto de ser dicha
en ese momento justo en que la dicción permea el aire enfermo de la realidad
el cielo oblicuo de la realidad
el sonido de pretérito imperfecto que es la realidad misma
y buscamos la nada:
la levedad de la una costilla de alguien con dolor
la no- existencia de una hoja
planicie del desierto
y el tiempo fue el paso de las manecillas y su andar y su marcha
sin celo de los árboles que frondosos retaban nuestros cuerpos
nuestra invención misma
nuestra invención otra
También fuimos otros*
* Romper el Hielo: Novisímas escrituras al pie de un volcán: El lugar (re)visitado
(Ciudad de México. Colección Editorial El Zócalo. 2007).
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