7.4.07

nombres degustados

Llegamos después de un viaje de cerca de dos horas y media: el calor más que sofocante me obligó a comprar una playera roja-roja: tuve que dejar de lado una de mis favoritas , la de La Linea( con todo y color negro-negro y la herida y el dolor, ja), y también dejé de lado todas aquellas que por ser-demasiado-kitsh ( ya saben la imagen de Cristo o alguna alusión al Santuario de Chalmita), desentonarían con su portador. Después de eso ir hacia el sitio. Los nombres que degustamos, como se dice, entre la lengua, por debajo, y sobre la lengua: Santa Lucía, San Nicolás Coatepec, Santiago, Chalma: Malinalco.
Al llegar el ramazo que sólo la gente es capaz de producir. Visitar el Convento: la alucinación, el viaje, esos murales, el misterio, las imágenes, la semejanza de los trazos con los del arte islámico, cierta clase de misterio que se palpa, que se siente mientras uno recorre el lugar. Después de eso nada mejor que un mantecado: sabor de los dioses( ¿será? ) , mango, tamarindo con chile, zarzamora, etc. ,etc, todo esto resulta un alivio bajo el sol que no parece cansarse, ni dispuesto a ceder.
Y después, tratamos de hallar las ruinas. Pero resulta que nos perdimos: compruebo, una vez màs, que definitivamente ser-orientado no es lo mío. Pero bueno de menos hicimos ejercicio: nadie tiene la condición para subir hasta la cima de X cerro y bajar, además de realizar ciertos ejercicios por demás agotadores, jeje.
Y por supuesto que al bajar nada mejor que un pambazo, un elote, papitas fritas con salsa. Y el regreso a nuestras tierras : el paisaje nocturno, el ruido, las luces, el recuerdo de Oaxaca y sus lugares. Todo eso. Y llegar a casa antes de la 12:00 AM, dígamos que tuvimos suerte y abordamos el último camión.
Me empiezan a gustar los viernes santos. Sobretodo por aquello de que no se puede comer carne. Pero yo no niego mi condición de carnívoro, y por tanto, de pecador.

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