La semana pasada, cuando acompañé a Saúl a la UNAM, descubrimos que nos morimos de ganas por estudiar ahí, que sentimos la UNAM nuestra, amada, dispuesta. También, de visita oficial a nuestra querida Susana, en el CCU, justo donde escribí una pequeña nota para este blog. La nota se refería a cierto deseo y destino de los escritores jóvenes que buscan, por otros medios ,que no su escritura, la celebridad. Y ese , entre otros, fue el tema de la tarde: la soberbia de muchos y múltiples escritores jóvenes, el ninguneo feroz y terrible hacia autores de diversas y muy válidas tradiciones, todo eso mientras departíamos en el Tapanco de los enanos, mientras caminabamos por la Roma, en el metrobús, recorriendo el Parque México. Entre la chapata de milenesa de res y el té de azahar y la galleta de naranja, hablamos de los múltiples temas que son nuestros : literatura, arte, literatura, arte.
Más tarde: una conferencia, de Francisco Hernández , en la casa Citlalpetetl , y encuentro con Nadlleli.
Un día lleno de acontecimintos, sin duda alguna.
La pregunta: ¿ Y por qué ante la carne mancillada sí?
Y el regreso:
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