1.10.04

De enfermedades...

"¡Extraño hechizo el de la enfermedad cuando se es niño o adolescente! Los ruidos del mundo exterior, del ocio en el patio o en jardìn, o en la calle, penetran amortiguados en la habitaciòn del enfermo. Y dentro de ella florece el mundo de las historias y los personajes de las lecturas. La fiebre, que debilita la percepciòn y aguza la fantasìa, convierte la habitaciòn del enfermo en un espacio nuevo, familiar y ajeno a un tiempo; a los dibujos de la cortina o el papel pintado degeneran en monstruos y las sillas, mesas, estanterìas y armarios se transforman en montañas, edificios o barcos, al alcance de la mano y al m ismo tiempo remotos. Durante las largas horas nocturnas, acompañan al enfermo las campanadas del reloj de la iglesia, el rugido de los coches que pasan de vez en cuando y el reflejo de sus faros, que rozan las paredes del techo. Son horas sin sueño, pero no horas de insomnio; no son horas de escasez, sino de abundancia. la combinacìòn de anhelos, recuerdos, miedos y deseos se organiza en laberintos en lo que el enfermo se pierde y se descubre y se vuelve a perder. Son horas en las que todo es posible, tanto lo bueno como lo malo"

Supongo que la enfermedad debe durar cierto tiempo, ¿no?

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