Siempre que lo pienso, en toda situaciòn, sigo igual de obstinado: odio acèrimamente la violencia: verbal, fìsica, sicològica; ya no hablemos de la sexual; la odio en verdad, es genètico, no tolero los gritos, la exaltación, el enojo. A veces la gente suele confundir pacifista por idiota, pero al final son ellos quienes han perdido, desde mucho antes(tal vez antes de iniciar la batalla).
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