4.8.08

Leve pájaro en la raíz del vuelo suspendido, río del cielo
que brilla en el sendero de los aires; un fragmento de la mirada
es el ave inconsciente , eterna—dura en mí como una chispa
de la materia lejana, reciente,
hundida en lo que soy con tenues abrazaderas de silencio
abismal.
El ave circunda el derramado crepúsculo, cruza la atmósfera
como una exhalación – resuelve en sí misma la continuidad del
espacio y la ligereza del tiempo. El ave
es una lenta emanación de la mirada, surge de mí: dato del
mundo próximo, anuda certeza que me frecuenta,
inesperado habitante que me abre como una quilla para depositar
en la sumergida balanza de mis curadores
una imagen, una sumaria y destellante rapidez material.


(Incurable, David Huerta)

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