Como una melodía suave. Aguda. Lenta. Algo cercano y lejano a la vez. Voces como so
nidos que se prolongan de manera indefinida. Voces entendibles. Imágenes tan conmovedoras como crueles. Casi brutales. La lentitud que no salva. Lo que escapa a las narrativas convencionales. Como algo que encierra al misterio. Un título que no se olvida. Un final enigmático. Una autora que nunca deja indiferente. Anne Desbaredes vomitando el salmòn en la alcoba, junto a su hijo. Descripciones. Casi brutales. Así debe ser la crueldad. Moderado. Cantante. Las escalas. Las clases de piano. El vino. El estío de la tarde, de la vida, cayendo en los cuerpos. Un grito. Suave. Moderado. Eso.Un inicio. El final. El gran absurdo que es a veces la realidad. La vida misma. Todo invadido por el aire del mar. Que llega siempre de lejos.
nidos que se prolongan de manera indefinida. Voces entendibles. Imágenes tan conmovedoras como crueles. Casi brutales. La lentitud que no salva. Lo que escapa a las narrativas convencionales. Como algo que encierra al misterio. Un título que no se olvida. Un final enigmático. Una autora que nunca deja indiferente. Anne Desbaredes vomitando el salmòn en la alcoba, junto a su hijo. Descripciones. Casi brutales. Así debe ser la crueldad. Moderado. Cantante. Las escalas. Las clases de piano. El vino. El estío de la tarde, de la vida, cayendo en los cuerpos. Un grito. Suave. Moderado. Eso.Un inicio. El final. El gran absurdo que es a veces la realidad. La vida misma. Todo invadido por el aire del mar. Que llega siempre de lejos.
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