20.11.07

¡Canta, oh diosa!

En el quinto semestre de preparatoria. En aquella ciudad a veces mezquina. En clase de Clásicos de la Literatura la encomienda fue leer La Ilíada. El ejemplar: la versión de Luis de Cégala(?) Algomás. La edición: Editores Mexicanos blabla. El triste final de ese libro: arrumbado, nunca léido, y humedecido ( sic) en una noche de borrachera( no más detalles).


Ahora en pleno otoño de 2007 las cosas pintan muy distino: he concluído finalmente La Ilíada, en la versión del Dr. Ruben Bonifaz Nuño. Y eso me hace sentir contento. Es algo simple pero que me produce cierta felicidad. Pues se me hacía un texto imposible. La razón: simplemente llegaba a la página 80- en versión mencionada arriba- y no había más. No era el lenguaje. No era la extensión, después de todo me aventé Ana Karenina, y en inglés. Creo que fue que realmente logré una cercanía con el texto a través del contexto. Ese contexto me lo dio la clase de civilización grecolatina. Esa vuelta al mundo griego. Ese mirar hacia el origen. La poesía.la traducción. Todos los nombres y las naves y los dioses y diosas y las batallas. El inicio: canta oh musa!. Yo me quedo con el sabor dulce de haber saldado una deuda. Una de ls tantas que tengo con los libros. Con la literatura.

Ahora, el gusto de decir muy conspicuamente: he leído.

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