18.11.05

La Tierra Amarilla




Y así fui invitado a llegar al lugar de la Tierra Amarilla


el lugar que el ruido no toca

el lugar que el fuego no extingue


decidí ir con la prisa bajo el sitio,
descalzo y con asombro.



Recorrí el camino de piedras,

supe del pasado cuando este tuvo rostro

olvidé el nombre del agreste cuerpo.

Y ame , como nunca, marcar mi camino con flores amarillas
( como el lugar al que debía llegar)

La metáfora repto hasta la sien para dar fin al grito.

Y nunca como antes, marqué, entonces, mi camino.


me acordé del día en que no sabía como fingir el pensamiento

que no sabía esconder mi propio silencio


que no sabía como es querer o desear o amar

( todo eso es más difícil o más sencillo de lo que se cree).



Yo entonces tenía muchas ganas de pronunciar:

quizás mokjä kiju

quizás t´ari xudi

gi naki nthidigo thogi?.




Quería gritarlas, que el caracol las acompañara hasta su gemelo encernado en el oído; que ahí demostrará qué entereza


lo ligero del gesto

lo permanente del sueño

la proclividad de eso que dijeron se llama abismo.



Antes, la mujer del nombre de luna


la mujer de cristal( secreto: se asemeja al acero)

la mujer que algunos llaman con descriptura sideral, quiso preguntarme algo que ya había olvidado

( pero yo pude escuchar con el caracol otro como despacio y con los ojos cerrados) :

teki pefi? .



Los pulmones se inflaron en plenitud:



Xayu!!


que es otra manera de decir :


el abismo provoca

el sueño no alcanza

el cerco no existe

el viento no toca

( otra manera)




Cuerpo Cuerpo
danza fuego
fuego danza
calor luz
ver calor
frío



Y la visión, nunca como antes, fue completa:



el fuego danza en el calor del fuego

danza el cuerpo el fuego del calor

el calor danza en el cuerpo de fuego.




Recuerdo, no vagamente, que tomé las flores amarillas colocadas en alguna tibieza, porque el Maíz de nombre Cuauhtemóc estaba en otro estado, no alterno, pero sí de alteridad:

[ cuando el cuerpo es otro (s)

cuando el río se desborda en proclividad de sima

cuando el cuerpo vuelve a su estado primigeo

( cuando todo esto sucede)

( y más) ].




Al descender, contemplo la ofrenda de semejanza con la constelación: esa que nunca he alcanzado. Pero la semejanza es real. Busco la simetría:


y la belleza de la simetría


y la simetría misma


y ocurre ( ocurre siempre) : simetría



( la simetría es igual a la de la constelación)


( el abismo es simetría)


( la simetría es luz)

No hay escondite pero hay una voz

la voz



las entrañas en la voz.


Cantar.

Pienso en que es la noche

la noche otra en que la constelación me dibuja con trazos amarillo

( de perfección austral).




Cantar:


ni maclitli caxilam

coxo pamca cui na cu



Y así,
la noche se entregó al mar que la provoca en la región más

desconocida del territorio conquistado.




Y yo quiero vivirlo siempre:

aún cuando el mar muera

aún cuando las plumas sean polvo

aún cuando el polvo sea un invento y el poema no baste




Siempre. Sí. Siempre.

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