12.5.05

Lo inesperado.

Reflexión lúdica y transgresora mediante fotorretratos retocados digitalmente

Anuncian inquietante e internacional Semana de las Mujeres Barbudas


Cristina Rivera Garza y Adriana González Mateos promueven el encuentro Analizarán lo masculino y lo femenino en una sociedad ''compulsivamente heterosexual''
ARTURO GARCIA HERNANDEZ



Símbolo convencional de masculinidad, de autoridad, de sabiduría, la barba será objeto de juego, desmitificación, re-significación, durante la ''Inquietante e Internacional Semana de las Mujeres Barbudas" -promovida por las escritoras Cristina Rivera Garza y Adriana González Mateos- que tendrá lugar en la Casa Refugio Citlatépetl, a partir del próximo 18 de junio.
Se trata de una muestra fotográfica de retratos de mujeres retocados digitalmente con vellosidades faciales. Es parte de una reflexión lúdica y trasgresora sobre lo femenino y masculino, en una sociedad ''compulsivamente heterosexual -palabras de Rivera Garza- donde la vellosidad femenina es inaceptable, monstruosa, motivo de miedo o burla".
La idea germinó en Cristina Rivera ante la obra fotográfica de Zoe Leonard (Nueva York, 1961) y Ana Mendieta (La Habana, 1948-Nueva York,1985). Ambas fotógrafas trabajaron en su momento ''bajo el poderoso influjo de la mujer con barbas".
González Mateos y Rivera Garza expusieron las motivaciones de su proyecto en el contexto de las Jornadas del Colegio de Filosofía, Letras y Humanidades de la Universidad del Claustro de Sor Juana, inauguradas ayer y que continuarán hoy, mañana y el sábado.
A decir de Rivera, la Mujer Barbuda, sea como ''atracción mórbida a la entrada de los circos o como amenaza implícita en tantos productos de depilación", pone en entredicho ''nuestras ideas rígidas de lo femenino y masculino, tergiversándolas sin piedad alguna, con todo el rigor -político y cultural- de la flexibilidad más liberadora".
Se supone -expuso la autora de Lo anterior- que ''desobedeció a sus padres y, por eso, recibió un castigo ejemplar: una barba tupida y oscura que no sólo la marcaría como una no-mujer, sino también, tal vez sobre todo, como una rebelde. Una verdadera desviación. Un fenómeno extra-ordinario.
''Monstruosa por poseer el poder con el que se asocia en Occidente al cabello, especialmente al pelo facial, la mujer barbuda se multiplica desde entonces de moraleja en moraleja como un ente perturbador, un agente lleno de sospecha."
Luego de un intercambio de opiniones sobre el tema, con el propósito, sí, de cuestionar pero también de reírse de sí mismas y de los y las demás, Rivera Garza y González Mateos lanzaron una convocatoria abierta por Internet invitando a las mujeres que así lo desearan a que les enviaran una fotografía ''que nosotras agrandaremos y le colocaremos una preciosa barba o un sutil bigote o lo que tú nos pidas".
Se trata -escribió Rivera Garza en la convocatoria- ''de desmarcar el vello facial, apropiándoselo de formas lúdicas, inesperadas. Se trata de desmarcar el género, volviéndolo tan flexible y cambiante como es. Se trata de hacer una travesura. Se trata de pasársela bien".
Además de la muestra y mesas redondas en la Casa Refugio Citlatépetl, el proyecto incluye la colocación de grandes carteles en espacios públicos y de ''llevar barba a cualquier plática o foro en que participemos durante esa semana".
(Quienes deseen participar pueden enviar su respectiva foto a las direcciones electrónicas: criveragarza@gmail.com, amaranta.caballero@gmail.com o a margarita.valencia@gmail.com)

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