9.4.05

El Insomne escribe(reta) (irrita) (molesta)

Esto es lo que dice mi amigo El insomne. Transcribo y traduzco lo que me quiere decir. No le entiendo. Espero que en este sitio no me halle. Además, no sé si temerle o no. Si padece alguna deficiencia metal( que es seguro). Tampoco sé por qué hago publicas sus misivas, ni que consecuencias pueda traer este hecho. Responderé: porque si, porque me da la gana, por el cima, por el día soleado.
Abril 4, 2005.
Yo creo que usted siempre ha estado en otro ligar, en otro sitio. Existiendo en un más allá o en un más acá. Pero definitivamente no aquí, no ahora. La verdad es que la primera vez que lo vi me dio terror. Así es y no porque sea demasiado feo o con algún defecto físico imperdonable. Todo lo contrario, lo que me dio tanto miedo es su aspecto de normalidad. Muy normal. Pero ¿Sabe que lo delata? Su mirada. Su modo de ver las cosas hace pensar, de inmediato, que usted no es, que no pertenece, que no está. Yo creo que no es la primera vez que se lo dicen. La única diferencia es que ahora se lo digo desde la inseguridad. Escribo bajo el yugo de los nervios. He tenido tanto que decirle. Y no me atrevo. No sé que sea. Tal vez usted me lo tome a mal, pero creo que la sinceridad es lo mejor, en estos casos. No darle tantas vueltas al asunto. Tampoco he pensado en escribirle cuando no puedo dormir, yo creo que no sería justo. Ni para mí, ni para usted. ¿Sabe? Me dio terror escribir una palabra, esa palabra es (irónicamente): “dos”. La frase iba a quedar así: “No sería justo para los dos”. De todos modos la he escrito, pero ya no es lo mismo, ya esta la advertencia en la primer frase, la auténtica. Tal vez usted piense que algo esta mal conmigo (y tal vez lo este), pero lo único cierto es que necesito que me escuche o, en este caso, que me lea. Porque es muy probable que también usted tenga la marca del desierto. ¿No es así?
¿Me equivoco?
Dígame que miento.
Desmiémbreme si no es verdad.
Me estoy arriesgando mucho. Lo sé. Pero no puedo evitarlo. Además ya ha empezado. Ahora es imposible detenerlo. ¿Nota como la reflexión se convierte en parte del hecho? ¿No me va a decir que es curioso?
Sabe que quiero decirle (creo que ese fue el motivo o es uno de los motivos por los que le escribo): yo creo que usted ha sido derrotado. Hablo de una derrota en la vida. No puede negarlo. Usted, ha sido herido. No tiene que decírmelo. Conozco a los de su condición. La herida nunca sanará. No me refiero a que va por la vida con la idea de ser el mártir o en el papel (patético, sí) de víctima. De alguien que quiere ser beatificado. Eso no. Lo que me da curiosidad: ¿Cómo lo hace? ¿Cómo pierde de manera, más o menos, inteligente? ¿Lo hace de manera conciente o inconsciente? Dígame, hábleme. Pero no crea que tiene que hacerme caso. Usted sabe que me pueda hablar y decir lo que quiera de un y mil modos. En tanto, Abraham, yo nada más le quiero decir lo siguiente:
- Acuérdese que hay hombres para quienes la imagen del perdedor es algo bello. Algo que ellos envidian.
- Y como decía o escribía alguien: “Beware of those who say we are the beautiful losers”. Cuídese de ellos, no les crea todo. Pero sobre todo protéjase, aléjese de esa gente. Es peligrosa.
Por último, Abraham, yo sé que es un abuso, pero quiero pedirle u ofrecerle una disculpa por mi atrevimiento, por mi falta de tacto, por la manera grotesca en que lo interpelo, por la forma en que lo cuestiono o juzgo. Sé que no tengo derecho, pero no puedo evitarlo. Espero no le resulte demasiado burdo o escandaloso. Y sobretodo, espero lo tome por el “lado amable” como dicen (disculpe la expresión). ¿Sabe algo más?. Había algo más importante que toso esto, por eso empecé a escribir, pero ya no me acuerdo.
Le volveré a escribir, Abraham, lo haré.
Hasta entonces.

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